Reflexión II


Miro a mi alrededor y veo las caras de la gente. Los conozco pero sus rostros me son desconocidos. Estamos muy equivocados si pensamos que conocemos a alguien. Te puedes pasar años con una persona y nunca terminarás de conocerla. Ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos. Mi rostro me es el más desconocido. Me miro en el espejo y no me reconozco, es como si mirara a un desconocido por la calle ¿Puedo pensar de verdad que conozco a alguien cuando no me conozco a mí mismo? Miro un rostro, lo vuelvo a mirar y es nuevo a la vez que pienso que ya lo había visto antes ¿Cuándo conseguiré conocerme a mí mismo? Me llevará toda la vida, incluso puede que me falte tiempo. Creedme cuando digo que la última vez que me mire en el espejo pensaré: “¿Quién es ese hombre al borde de la muerte?”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día y noche, noche y día

Cuando nos volvamos a ver

Soy un error de la Matrix