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Mostrando entradas de marzo, 2019

¿Quién soy yo?

“¿Quién soy yo?" Esa es la pregunta que todos nos hacemos y que nos causa pugna. Yo no soy quién fui. Yo no soy quién seré. Yo soy quién soy, mientras sea hoy. Pero cuando el mañana llegue, y haya pasado la media noche, entonces no seré quién ayer fuere, pues soy quién soy, mientras lo piense. No soy el infante de ayer, no sé cómo mañana seré, pero mientras sea hoy, seré fiel al que soy. Mientras acabo estos versos, sé que no soy el que escribió "¿Quién soy yo?”

El lenguaje de la poesía

Soy nativo de español, domino el inglés, amo el latín y detesto el francés. Pero mejor que ninguno, domino con alegría, el lenguaje de la poesía. La poesía es el lenguaje que mejor entiende el alma, que mejor entiende el corazón, hay más que palabras, hay más que orden y razón. Recuerda tú lector, leer poemas, no es leer palabras, es entrar en un corazón, es leer personas más allá de la propia razón. Cuando algo no entienda, habladme en poesía. Cuando me quieras, quiéreme en poesía. Cuando muera, moriré en poesía. Pero más importante, cuando viva, viviré en poesía.

Nunc liber mortis sum

Hoy he visto un entierro, muchos lloraban, todos flores llevaban. El fallecido, un varón. La eterna viuda, miraba el reloj, el mismo que un día, él llevó. Entonces ella dijo que no era la única viuda, ni huérfanos sólo sus hijos. Otros a un marido y a un padre habían perdido. La otra mujer, la palabra. Los otros hijos, sus poemas. Entonces calló mirando el reloj, el mismo que un día, él llevó. Volvió a hablar y dijo que hicieran los presentes como los poemas y la palabra, que ninguno la muerte llorara. Pues él seguiría vivo en sus esposas e hijos. Calló y miró el reloj, el mismo que un día, él llevó. Caminé hacia la tumba y leí el epígrafe: Nunc, liber mortis sum. Ahora, soy libre de la muerte. Había un dibujo también en la gris lápida. una calavera y un reloj. Justo debajo su nombre. Entonces me di cuenta, el muerto era yo.

Reflexión V

Nunca es suficiente. Mi joven mente nunca está satisfecha. Pensamos en la vida, en si realmente apreciamos y aprovechamos cada maldito segundo de ella. Nunca es suficiente hacedme caso. Siempre hay algo que podrías haber hecho. Podrías haber ido a un bar más de fiesta, podrías haber dicho un último adiós antes de no volver a ver a alguien, podrías haber estado un poco más en ese abrazo interminable, podrías haber dado ese beso que no te atreviste a dar y tantas cosas que podría seguir enumerando que yo mismo podría haber hecho. Disfrutad cada segundo de vuestra vida, el tiempo no vuelve y jamás te arrepientas de lo que has hecho porque no tiene solución, arrepiéntete de lo que no hiciste porque siempre podrás remediarlo.

El latido del tic-tac

¿Cuál será el resultado, después de muertos? ¿Qué nos deparará, el sueño eterno? ¿De la balanza qué lado, el decisivo será? ¿El bueno o el malo? Pues de eso dependerá que estemos en gloria eterna o terminemos como almas en pena. Escuchad vuestros latidos, sonarán hasta el final, pero escuchad atentos, no hacen bum-bum, hacen tic-tac.

Reflexión IV

Sería muy fácil arrancarme el corazón tal y como hizo Davy Jones. No quiero sentir, los sentimientos hacen daño ¿Compensa sentir cuando la parte negativa nos hunde más de lo que nos levanta la positiva? Antes pensaba que sí, ahora lo dudo. Podría decir que me arrepiento de todo lo que he sentido pero sería injusto. Primero, no sería justo para mí porque sería rechazar y desmentir todo lo que he sentido. Segundo, sería injusto para el resto de personas porque es despreciar lo que significan o han significado para mí. “Consejos doy y para mí no tengo”. La mayoría de las cosas que siento no las digo, porque si las dijera, si yo dijera lo que siento y cómo lo siento, vosotros llorarías porque yo no lloro. Yo me he visto arrancándome sentimiento de cuajo, escondiéndolos tras la sonrisa del arlequín y anestesiándolos para poder matarlos. Si yo dijera lo que siento vosotros lloraríais por mí.