Musa
Tú, que acudes, a mí siempre por la llamada, que no te importa dónde estuve, ni dónde estaré, a ti, puedo llamarte amada. Tú, qué de esos cabellos oscuros, lograste hacerme presa, con esos ojos profundos, puedo navegar sabiendo, que no me hundo. Tú, que no eres mujer viviente, que otro no puede quererte, te escribo musa, que mi llamada, querida, amada, siempre atiendes.